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sábado, 23 de febrero de 2008

"El creciente fenómeno de las redes sociales"


Bueno, es indudable el crecimiento acelerado que han tenido las redes sociales en el último año. La fama de sitios como Facebook, Badoo, My Space, Hi5, Wayn, Bebo, Flickr, etc es tanta que millones de usuarios se apuntan día a día para obtener una cuenta y “empezar a tejer su red social”. Como cualquier grupo o comunidad, comparten intereses, actividades, aficiones y necesidades, socializándolas. En lo personal he sido ajeno a este fenómeno y he dedicado parte de mi tiempo a construir un perfil en Facebook. Me parece que es la plataforma mas versátil de las que se ofrecen en Internet por su capacidad de agregar aplicaciones, mensajes, fotos, trivias, blogs, foros de discusión, etc.

Las redes sociales también son objeto de discusión en las Universidades, puesto que el fenómeno es digno de estudiar por los académicos al poderse establecer el gran impacto que están teniendo en la sociedad. Los principales temas de estudio son la identidad, el capital social, la privacidad y el acceso de menores de edad entre otros. No es para menos, pues el fenómeno es global. Cualquier persona con acceso a Internet puede hacer parte de este entramado de redes sociales.

Los beneficios de las redes sociales son muchos. A través de ellas se puede contactar a conocidos y amigos del colegio, universidad o trabajo con los cuales se había perdido la comunicación. Se pueden hacer negocios a través de ellas: los pequeños negocios y empresarios pueden expandir su base de datos de clientes. También se pueden convertir en un mecanismo de denuncia social y convocatoria como se ha visto en lo corrido del año en Facebook, con la marcha mundial convocada el 4 de Febrero contra las FARC y que tuvo un reconocido éxito. Me impresiona como miles de colombianos pueden sumarse a una causa en cuestión de días, independientemente de que una la comparta o no. Es válido que a través de este medio las personas encuentren espacios de opinión. Cada quien es libre de sumarse a una causa que considera valida, respetando los punto de vista disidentes de otras personas.

Aunque no soy comunicador social o periodista, recuerdo haber hecho una investigación en mi carrera sobre los medios de comunicación. En décadas recientes se aceptó la idea de que eran algo así como “el cuarto poder” (Recomiendo las observaciones al respecto de Ignacio Ramonet en “Le Monde Diplomatique”). Nadie se había imaginado que el Internet y mas concretamente las redes sociales podían convertirse en grupos de verdadera presión. Las convocatorias de este medio ya no pasan inadvertidas al público en general e invitan a todas las personas sin importar su estrato, educación, raza o condición social. Por eso no sería descabellado incluir a las Redes Sociales en ese grupo u otro nuevo, es decir un quinto o sexto poder. Las cifras no mienten: Facebook para el 2007 contaba con 64 millones de usuarios activos[1]. Cada día ingresan aproximadamente 200.000 nuevos usuarios. Lo anterior significa que las redes sociales dejaron de ser exclusivamente de los adolescentes y estudiantes universitarios. Ahora todo el mundo tiene acceso a ellas. Como dato adicional, encontré que Facebook esta valorado en 15.000 millones de dólares. Su crecimiento ha sido vertiginoso desde su creación en 2004. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg ha manifestado que pese a tentadoras ofertas, no tiene planeado poner en venta su plataforma.

Las cifras son impresionantes. Las redes sociales definitivamente, al igual que en su tiempo fue el Chat y buscadores como Google, una herramienta imprescindible a la hora de acceder a Internet.


[1] Cifras tomadas de la dirección http://www.facebook.com/press/info.php?statistics.

martes, 19 de febrero de 2008

"¿Dinero fácil o inversión riesgosa?"

Retomo el Blog con un tema que por estos días tiene “revolucionados” a los medios del país: las inversiones de cientos de colombianos en empresas y entidades sin ánimo de lucro con el propósito de obtener altos beneficios y rendimiento de su dinero. Resalta el hecho de que se hayan incrementado este tipo de entidades que cobijan a grandes cantidades de personas que sin dudarlo se desprenden de sus ahorros con la firme convicción de obtener un lucro increíble.

Las autoridades siguen con lupa los movimientos de estas entidades y sus propietarios. En días recientes han podido judicializar solo a algunas personas involucradas por el delito de estafa. Sin embargo, queda la duda en el ambiente acerca de si se trata de una operación legal ó de algún flagrante delito contra el sistema financiero tipificado en el Código Penal.

El asunto del dinero fácil no es solo de estos tiempos. Desde principios del Siglo XX se han registrado modalidades parecidas a la que se esta viviendo en varias ciudades colombianas. Aunque las autoridades tildan a este tipo de negocios como tipicos “esquemas de la pirámide” considero que encajan mas en lo que se conoce como “esquema de Ponzi”, llamado así por un embaucador italiano radicado en Norteamérica en las primeras décadas del siglo pasado.

El señor Carlo Ponzi (1882-1949) es considerado uno de los estafadores mas famosos en la historia de Estados Unidos. Nació en Lugo (Italia) y emigró al país del norte después de terminar sus estudios universitarios. Sin un centavo en el bolsillo, aprendió rápidamente inglés y aceptó toda clase de trabajos que lo llevaron a Montreal – Canada. Allí encontró un trabajo como asistente en un banco. Al ver que el banco colapsaría por no realizar inversiones, huyó con una suma considerable de dinero.

Cuando el dinero terminó, decidió montar un negocio de publicidad, muy parecido a lo que conocemos hoy como páginas amarillas. Distribuyó y envió por correo varios folletos en Estados Unidos y Europa pero el negoció no prosperó. Sin embargo, una empresa española contestó su anuncio con un cupón de envío postal. La finalidad de estos cupones en esa época era permitir a alguien en cualquier país enviar correo a otro corresponsal del extranjero quien es el que paga la respuesta. Era una falla lucrativa, debido a que las tarifas y la inflación son diferentes en varios países. En otras palabras el esquema era el siguiente: Se enviaba dinero al extranjero; los cupones postales eran comprados por agentes de Ponzi; los cupones eran enviados de regreso a Estados Unidos y redimidos por estampillas a un mayor precio para venderlas. Esta forma de “compra bajo vende alto” no era ilegal. Ponzi obtuvo con este sistema un beneficio del 400%.

Después del éxito inicial, convenció a sus amigos y conocidos de invertir, ofreciendoles el 50% de beneficio invertido, regresandoles el dinero en 45 días. Algunos invirtieron y tal como les fue prometido, se les entregaron las ganancias sin demora. De esta manera el negocio fue creciendo. Se pagaban grandes sumas con intereses exorbitantes. La gente hipotecaba sus casas y entregaba los ahorros de su vida. La mayoría no se retiraba con sus ganancias puesto que reinvertían lo que habían ganado, alimentando el sistema. Ponzi llegó a ganar $250.000 dólares diarios. El problema se presentó cuando pese a los grandes rendimientos, Ponzi no invirtió en su propia compañía, lo cual significaba que solo se sostenía por la confianza del público. En determinado momento, los inversionistas entraron en pánico y decidieron retirar sus aportes. Inevitablemente el sistema colapsó y el gobierno federal intervino y auditó la empresa. Muchas personas perdieron el dinero de toda una vida. Ponzi finalmente fue a la carcel.

El caso anterior data de 1920. Lo increíble es lo parecido con lo que esta pasando en la actualidad. Aunque ahora no hablamos de cupones o estampas, entran en juego otro tipo de ingredientes tales como: lavado de activos, inversiones en la bolsa y apertura de cuentas bancarias en paraísos fiscales protegidas por confidencialidad. Aunque son muchos los defensores de este sistema, no puede uno dejar de cuestionarse la legalidad del mismo. ¿A quien no le gusta el dinero? ¿Quién no estaria tentado a realizar una inversión cuando le prometen un alto rendimiento en poco tiempo de forma “segura”? Muchos colombianos se han hecho esa pregunta y han respondido acudiendo en masa a estos negocios para invertir sus ahorritos. Por el bien de todos se espera que reciban lo que les han prometido y no los vayan a estafar.

Nota: El esquema de la pirámide es una forma de fraude similar al esquema de Ponzi, sin embargo, difieren en la aproximación a las personas, la persona que realiza el fraude y en que la gente en el esquema de Ponzi reinvierte por motu propio sus ganancias.